Por Carlos Gómez Muñoz | Comparto el escrito de Marcos González absolutamente en todos sus conceptos, datos y aportes al conocimiento y esclarecimiento de informaciones erróneas y malversaciones de la verdad que son comunes en nuestros días y para hacer más precisos, en nuestra historia y en la actualidad.
Los mitos y pretendidas verdades de un sector de nuestra sociedad, generalmente asociado a los grupos dominantes que se valen de ideologías y poder fáctico siempre a favor de intereses mezquinos y excluyentes, expensas de las grandes mayorías nacionales.
Indudablemente la historia falseada que se ha difundido y enseñado como verdad absoluta en el país, la prédica de los medios hegemónicos beneficiados largamente con la mentira, cuando no la imposición coercitiva de los que mandan en alianza de élites y poderes externos, han llevado a la confusión de mucha gente bien intencionada.
También hay quienes actúan movidos por su propia mezquindad o cortedad de miras y de principios. Ignorar la encíclica del Papa León XIII y la Doctrina Social de la Iglesia no se puede concebir, si se quiere incursionar en el debate sobre la relación entre el capital y el trabajo.
Recordemos someramente que el capitalismo liberal tiene prioridades como basamento y verdades sine qua non que son: 1) Derecho absoluto a la propiedad privada, 2) El lucro, móvil primero de la economía, 3) Mercado, motor absoluto de la economía.
La Doctrina Social de la Iglesia por su parte pregona: 1) Admite la propiedad privada pero subordinada al destino universal de los bienes; 2) Admite el lucro pero no como móvil primero. Primero la solidaridad. 3) Admite el Mercado, pero reconoce la necesidad de intervención del Estado para salvar el derecho de los pobres. Esto lo recuerda permanentemente el Papa Francisco, por eso lo combate tanto el poder económico dominante neo liberal y mucha parte de la tilinguería nacional.
Y esta doctrina la llevó a la práctica política el Peronismo, por eso también sobre él cae el anatema de los mismos pretendidos dueños del mundo y sus seguidores. Descalificar y si es posible eliminar al adversario es el arma que pusieron en boga también en el país los pretendidos señores que no tienen reparos en pisotear derechos, leyes y la justicia invocando valores como la democracia y valores, a sabiendas que los únicos valores que reconocen son sus privilegios y trapisondas. Los casos de Pereira, Bassi, Lesieux y otros, son muy conocidos lamentablemente en nuestra provincia.
Apoyo la libertad de prensa a ultranza, por eso rescato al mismo Pereira, a Marcos González y a Verónica Bassi. Y no hace falta que me explaye en el caso de la coerción y desvalorización que sufrieron por ejercer libremente un derecho constitucional. Agravada la cuestión abierta con Verónica por sufrir desvalorización tan lamentable de parte de una alta autoridad sorprendida en una situación de dudosa transparencia y que la agravió como persona, como mujer, como periodista y como ciudadana. Y aquí nadie se escandalizó en nuestra sociedad adocenada y sin capacidad de reacción ante la injusticia.
Cabe expresar mi saludo fervoroso a todos los trabajadores e identificarme con lo expresado en cuanto a la dignidad de su condición como tales y el deseo y la necesidad que tenemos todos de ganarnos la vida y un lugar en el entorno en que vivimos produciendo nuestros propios recursos, registrados o no por los parámetros oficiales de nuestra sociedad, sus instituciones y sus hábitos y costumbres. Y el mayor respeto para quienes se ven privados del goce de ejercer una actividad remunerada, y como corresponde de acuerdo a las leyes universales establecidas al efecto, por un sistema cruelmente excluyente.
Finalmente saludo y felicito a Marcos González por sus sabias y clarividentes reflexiones [Ver el artículo] que ojalá las apreciáramos también en referentes políticos, sociales, sindicales, comunitarios y aún religiosos. Deseo también, y creo no ser exagerado, que se imprima en papel, ya sea de medios gráficos o como hojas sueltas, para que lleguen a muchos lectores que puedan acceder de este modo a esclarecer ideas y tener noción de aspectos o toda la verdad a veces ignorada por voluntad u omisión.
CARLOS GÓMEZ MUÑOZ
4/5/20