Por Ramón Cavalieri | Esto lo anticipe hace quince días y me dijeron que era mentira, que es información falsa. No podía ser falsa porque provenía del mismo Ministerio, pero como la gente cree lo que dice el periodismo (el 90% con pauta publicitaria del gobierno) lo negaban.
La ministra cree que vivimos en Suecia, Suiza o Noruega. Quiere volver a clases por un mes o dos que faltan, para arreglar LO QUE NO SE PUEDE ARREGLAR. En medio del pico de la pandemia. NO EXISTEN PROTOCOLOS, NI TAMPOCO ELEMENTOS TÉCNICOS NI HUMANOS PARA CUMPLIRLOS. Las escuelas no tienen jabón, lavandina, trapo de piso, alcohol, barbijos, escobas, etc, ni tampoco quien pueda limpiar porque, en épocas normales, un portero o dos por cada escuela de mil alumnos ya no podían. Las escuelas están cuasi abandonadas en el sentido de que por ejemplo no se limpian los tanques de agua, algunas escuelas no agua tienen, no se fumiga, etc.
La ministra debe bajar a tierra y situarse en cada escuela. Un solo chico con virus llevara la pandemia, no a su casa, sino a su barrio, porque el 80% vive en barrios que son casi villas.
La ministra y el gobierno no deben demostrar nada en el sentido de querer ser primero en todo. Hasta aquí vinimos bastante bien, no tiren por la borda todo.
Los intendentes deberían intervenir. Eso de que no les corresponde es un error. Acá todo tiene que ver con todo.
No necesitamos héroes que vayan a ocupar un cuadro de honor. Se necesita voluntad de TODOS.
El movimiento que provoca las clases no es sólo un grupo de alumnos. Son padres que se movilizan, medios de transporte públicos, docentes, proveedores, directivos, alumnos, etc. El año ya fue. Piensen en 2021 porque en marzo estaremos igual y, así las cosas perderemos dos años no uno.
Un solo muerto por el retorno a las escuelas será responsabilidad directa de la ministra y su staf.