28 de Abril: Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo

Por Francisco Javier Acevedo | Cuando hablamos de la Seguridad y La salud en el trabajo, automáticamente y casi de inmediato, se relaciona el titulo con indemnizaciones por accidentes y coberturas por parte de aseguradoras, si bien existe una relación, no es el objetivo de esta actividad, en realidad se busca evitar llegar a la instancia que implique un daño para el trabajador y por ende  que pueda significar la pérdida parcial o total de su calidad de vida. Ante la situación mundial que  nos toca vivir, el objetivo de esta nota es resaltar la notoria relevancia que adquieren  los términos, riesgos, prevención y empatía.

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Citando a  la OIT, “El Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo se centrará este año en abordar el brote de enfermedades infecciosas en el trabajo, centrándose en la pandemia de COVID-19. La Organización Internacional del Trabajo  utiliza este día para sensibilizar sobre la adopción de prácticas seguras en los lugares de trabajo y el papel que desempeñan los servicios de seguridad y salud  (SST).  

Desde el punto de vista de la Seguridad y Salud en el Trabajo, el riesgo debe ser gestionado con rigurosidad,  la tarea de reconocer los mismos debe estar ligada a la capacidad de formar e informar al equipo de trabajo sobre las implicancias que conlleva esta situación excepcional alrededor del planeta, ante un panorama económico incierto y una marcada subestimación de un enemigo invisible es menester destacar que el riesgo no puede ser eliminado en un 100%, ya que el mismo está compuesto por condiciones técnicas pero en su mayoría por el factor humano. Existe una falsa premisa que hay que desmitificar, comúnmente conocida bajo el título “Si te toca, te toca”, como dejando al azar lo que pueda pasar de nuestras vidas como trabajadores independientes o bien de los empleados de una empresa.

El párrafo anterior involucra reconocer los riesgos, y  una vez identificado los mismos ya sean de accidente o en este caso particular, especial hincapié en las enfermedades como el COVID-19, debemos respetar los protocolos de limpieza y desinfección  de nuestros espacios de trabajo y de circulación, manteniendo  las distancias de seguridad, usando las protecciones respiratorias etc. , pero y abro paréntesis,  (NO DEBEMOS OLVIDAR QUE NO SOLO EL CORONAVIRUS MATA), si miramos alrededor en nuestra ciudad y muchas otras ciudades verán que hay exhaustivos controles por el uso de barbijos, pero quienes circulan en motocicleta incurren en el error voluntario o no, de no usar casco. Esto nos lleva a pensar, ¿somos conscientes realmente del cuidado de nuestras vidas?, ¿o le tememos más a una multa que a una severa lesión? Es interesante resaltar este punto, ya que quienes solo se cuidan por el rigor imperante que atinadamente las autoridades aplican, tienen más posibilidades de sufrir daños graves por accidente o enfermarse por el COVID-19,  entendiendo que  quienes necesitan ser vigilados constantemente para cumplir con  la prevención, en los momentos en que se halle solo no tomarán los recaudos necesarios, pudiendo perder su salud y a su vez afectar la de sus seres queridos. La prevención es nuestro deber y obligación, particular y colectivo.

Por último  y en sumatoria con la gestión del riesgo y la prevención,  el término empatía es el pilar fundamental de esta nota, muchas veces mencionada pero pocas veces reflexionada, la empatía según la RAE  es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos,  por lo general  ponernos en los zapatos de otras personas, para ello debemos comprender que  detrás de cada trabajador afrontando el riesgo del Covid-19 hay una familia, cada médico, policía o  recolector de residuos, tiene  a sus espaldas  una hija, un hijo, un papá  o una mamá un nieto esperando por ellos, si nos ponemos un segundos en su lugar, quizás logremos entender que la situación para nadie es fácil, y que debemos ser conscientes nosotros mismos de no exponernos al contagio de manera innecesaria si queremos disfrutar mucho tiempo de nuestros seres queridos, extrañamos los asados y las noches de guitarras como parte de nuestra idiosincrasia, pero eso puede volver si acatamos las medidas de prevención, en cambio sí enfermamos, podría costarnos la vida o bien la de nuestros allegados y eso sería un distanciamiento definitivo.

La necesidad de llevar el sustento a nuestras casas, nos expone  al riesgo de contagios, pero con adecuadas actitudes podremos sobrellevar esta etapa triste de la humanidad, siempre en esta  labor  nos toca decir cómo hacer las cosas de la forma más segura, y alguna veces eso enoja a muchos, que arguyen que no hay tiempo para la seguridad,   para ellos como asiduamente reitero en cada una de mis capacitaciones, “EL TRABAJO ES UN MEDIO PARA GANARSE LA VIDA, Y NO PERDERLA EN EL INTENTO”.

 

Francisco Javier Acevedo

Técnico Superior en Seguridad e Higiene en el Trabajo

Co-founder Master Consultora.

 

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